Sustentabilidad, prioridad en la agenda de la industria de alimentos de Colombia

En la actualidad, cada vez es más notoria la tendencia de los consumidores a nivel global que revela su preocupación por el cuidado y la conservación del planeta, aunado a sus peticiones y reconocimientos de las acciones que diversas empresas emprenden en beneficio del cuidado del medio ambiente.

La industria de alimentos no queda fuera de dichas peticiones y, hoy en día, son más las empresas que revelan sus planes y acciones de sustentabilidades en el corto y mediano plazo. Justo este tema aborda Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), organismo que reúne a las empresas más importantes del sector dedicadas a alimentar a Colombia y el mundo, y que se centra en temas como Competitividad Sectorial, Acceso a Materias Primas, Regulación Competitiva, Innovación y Capital Humano.

Colombia a la vanguardia

Desde materias primas de origen sustentables, envases reciclables, hasta el uso de energías limpias, la industria de alimentos de Colombia está a la vanguardia para hacer frente a los compromisos medioambientalistas que han surgido a nivel global.

Montes compartió que, con base en cifras de la ANDI, durante 2021, en Colombia, 254 mil personas laboran en la industria de alimentos de manera formal y directa. Un análisis de la Universidad Externado de Colombia indica que por cada empleo formal y directo que se genera en este sector, se crean siete a lo largo de la cadena. Estos 254 mil empleos representan el 20% del total del empleo formal que hay en la industria manufacturera colombiana.

Economía circular

En la actualidad, mencionó, la reactivación de la industria se enfoca en la sustentabilidad, “ya que el consumidor reclama que transformemos las formas de producción, que cambiemos la economía lineal donde lo que se hacía era adquirir, utilizar y desechar las materias primas, y migrar hacia modelos circulares donde aparece la dinámica de las R (reducir, reutilizar y reciclar) porque la ciencia confirma que la actividad humana está llevando a la Tierra a los límites planetarios que sustancialmente invitan a tomar decisiones para mitificar el riesgo de la vida tal cual la conocemos”.

Montes explicó que, con base en el estudio “Límites Planetarios: guiando el desarrollo humano en un planeta cambiante”, liderado por el químico Will Stefen, se puede concluir que a partir de septiembre de cada año la humanidad agotaría los recursos disponibles para cada año, lo que nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestras acciones y concentrar metas y propósitos de sustentabilidad. “Prácticamente todas las empresas que están en la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI tienen una agenda de sustentabilidad”.

Agregó que, el año pasado, se realizó un sondeo en la cámara en donde se observó que el 67% de las empresas afiliadas indicaron que su estrategia empresarial está avanzando en el marco de la estrategia nacional de Colombia, y el 40% consideraron que tienen una alta alineación, lo que respalda que el compromiso con el cuidado del medio ambiente avanza satisfactoriamente.

También se indagó sobre cuáles son las prioridades de las empresas afiliadas de la cámara con el fin de consolidar esa alineación entre los objetivos sustentables y las prioridades empresariales, y el 83% de las compañías informaron que su prioridad es la diminución de la huella de carbono, “aspecto que significa una gran oportunidad para países como Colombia que cuenta con una matriz energética”, la cual es una representación cuantitativa de la totalidad de energía que utiliza el país, e indica la incidencia relativa de las fuentes de las que procede cada tipo de energía: nuclear, hidráulica, solar, eólica, biomasa, geotérmica o combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón.

Fuentes energéticas

El hidrógeno verde es considerado una alternativa para reducir las emisiones y cuidar a la Tierra. La descarbonización del planeta es uno de los objetivos que se han marcado países de todo el mundo para 2050 y, para lograrlo, la descarbonización de un elemento como el hidrógeno, responsable en la actualidad de más del 2% de las emisiones totales de CO2 en el mundo, que da lugar al hidrógeno verde, se revela como una de las claves.

En lo que respecta a este tema, Montes dijo que se trata de una “oportunidad de oro” lo que está ocurriendo en Colombia. “Todo el tema de la sustitución de fuentes energéticas hacia fuentes naturales como el sol y el viento, es una oportunidad formidable para diversificar nuestro portafolio, el consumidor, no sólo en Colombia si no en el mundo, cada vez exige más que las marcas tengan un compromiso ambiente, lo cual se traduce en una menor huella de carbono”.

Y agregó: “En este aspecto, Colombia tiene una gran oportunidad por sus cifras de ahorro energético en el 67%. Sin dejar de lado que el 70% de las compañías consideran que la prioridad empresarial debe estar en el manejo del empaque del producto final. Por otro lado, el 58% de las empresas elaboran un reporte de sustentabilidad el cual es una gran fuente de información para generar estrategias sobre cómo abastecer al sector y el 79% dicen ya tener objetivos de desarrollo sustentable en sus indicadores de gestión”.

Empaques sustentables

Otro tema abordado por el directivo fue los empaques, en donde los principales retos que se observan son los siguientes:

- La distribución de productos terminados, pues existe aún espacio para encontrar la solución de empaque y soporte para la logística del producto terminado.

- Los tiempos de implementación, que puedan adoptar ya sea sustitución de cierto tipo de empaques por otros dependiendo, quizá, del reto de abastecimiento.

- Modelos de empaques sustentables: 83% considera que la prioridad para implementar modelos de empaque sustentable es la gran brecha que existe en el costo, porque si bien el consumidor pide que el producto tenga clara su huella y un menor impacto ambiental, los precios deben ser competitivos.

En el último aspecto, Montes dijo que todo el esfuerzo de los modelos de empaques sustentables se tiene que soportar en la productividad, en la ciencia y en la tecnología, sin olvidar que son productos de primera necesidad y que, por ende, el consumidor es muy sensible al precio

“El 79% de las empresas que participaron en el sondeo dijeron que tienen una alineación con los objetivos de desarrollo sustentable: en acción climática 77%, salud y bienestar 68% y hambre cero 63%. Un hecho que nos ha puesto a reflexionar, en medio de la pandemia, es que en Colombia se desperdicie la comida equivalente a alimentar ocho veces La Guajira, 12 veces el Chocó o alimentar a todo Bogotá sin producir un kilo más de alimento. Y ahí, debemos trabajar en conjunto para disminuir la tasa de pérdida y desperdicio para llegar a los lugares donde más alimentos se necesitan”, subrayó.

También mencionó que Colombia cuenta con una importante estrategia para disminuir el desperdicio de comida con la figura de los Bancos de Alimentos. “Tenemos la red de bancos más sofisticada de América Latina; sin embargo, todavía tenemos una gran brecha donde el 40% de los alimentos, con base en cifras del Departamento Nacional de Planeación, cercanos a 9.6 millones de toneladas se desperdician al año. En detalle el 40% de alimento se pierde en la producción agrícola, el 17% en los restaurantes y hogares el 3% en la industria, y el resto en las cadenas de logística y comercialización. En este punto tenemos buenos referentes como EatCloud que utiliza la inteligencia artificial para conectar organizaciones que requieren alimentos donados con la industria, el comercio y los hoteles, con el objetivo de encontrar un hogar para cada alimento, aquí todos debemos avanzar y contribuir de alguna manera”.

La importancia del plástico

Frente a la crítica social del plástico como un elemento contaminante, Montes asegura que es importante reconocer que se trata de un material que permite alargar la vida útil del producto y garantizar la inocuidad y el transporte.

“Si bien es cierto que pueden existir sustitutos del plástico para algunas aplicaciones, en alimentos no es adecuado ‘satanizar’ este elemento, más bien, es necesario analizar las formas y estrategias más convenientes y ponernos metas ambiciosas pero alcanzables en los procesos de economía circular”, dijo el directivo.

Agregó que Colombia tiene el programa más ambicioso de postconsumo de envases y empaques de las economías en desarrollo, dentro de América Latina. “Después de una larga construcción colectiva entre el gobierno, la industria, los transformadores y los productores de envases y embalajes se emitió una resolución que exigió, que en 2019 el 10% de los envases y empaques puesto en el mercado entrara en procesos de economía circular, es decir, todo tipo de envases, ya sean de plástico, cartón, metal, u otro material, con metas incrementales. Con esta dinámica se planea llegar al 30% de aprovechamiento en 2030”.

Y continuó: “Lo importante es empezar ya la acción y en la medida en la que se desarrolle el aprendizaje personal y colectivo, esa meta se superará. Hoy en día, con el programa Visión 30/30 que lidera la ANDI, se logró reciclar 53 mil toneladas de envases y empaques durante 2021. Esta es una obligación para las marcas que tienen sus productos en el mercado, no sólo de la industria de alimentos, sino de todas las demás. La nueva ley de prohibición de plásticos de un solo uso en Colombia ratifica este compromiso”.

A manera de cierre, Montes explicó que la industria de alimentos genera alrededor del 34% del total de los envases en el programa Visión 30/30, “por tanto tenemos un rol importante y debemos encontrar estrategias de economía circular para el plástico. Esta iniciativa conformada por más de 290 empresas de 27 sectores productivos trabaja en diferentes ejes estratégicos encaminados a liderar acciones enfocadas en construir un robusto sistema de información que determine la cantidad de materiales de envases y empaques puestos en el mercado colombiano; generar una cultura hacia hábitos de vida sustentable en los ciudadanos; consolidarse en el largo plazo como motor de la innovación hacia nuevos materiales, tecnologías, diseño de productos y modelos de negocio; y lograr la mayor costo-efectividad en la recolección y aprovechamiento, contribuyendo y cumpliendo con las metas de Colombia”.