Los consumidores relacionan cada vez más la salud digestiva con el microbioma intestinal y la salud en general (y lo hacen por una buena razón). Dado que el microbioma intestinal interactúa en gran medida con otros órganos del cuerpo humano, una nutrición beneficiosa para el intestino y su microbioma es clave para la salud a largo plazo de una persona. De hecho, más de la mitad de los consumidores de todo el mundo afirman que buscan de forma habitual productos que mejoren la salud digestiva. El reto al que se enfrentan actualmente los fabricantes de alimentos es incorporar a sus productos ingredientes funcionales con beneficios científicamente probados, sin comprometer ni el sabor ni la textura.
Proporcionados por la naturaleza, probados por la ciencia
Las fibras de raíz de achicoria, inulina y oligofructosa Orafti®, son fibras dietéticas de origen vegetal, naturales, no modificadas genéticamente y de etiquetado limpio que cumplen la definición de prebióticos de la ISAPP (Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos). La inulina y la oligofructosa son el alimento preferido de los microorganismos beneficiosos del intestino, ya que contribuyen a su crecimiento y multiplicación, favoreciendo así la microbiota natural.
Mejoran el sabor y la textura
Aparte de sus numerosos beneficios para la salud, las fibras de raíz de achicoria también ofrecen propiedades técnicas que ayudan a desarrollar productos atractivos. Como fibras solubles, la inulina y la oligofructosa Orafti® permiten un procesamiento sencillo y pueden incorporarse a recetas en diferentes aplicaciones como lácteos, cereales, panadería y confitería.
Al mismo tiempo, aportar fibras de raíz de achicoria a los alimentos y bebidas permite a los fabricantes mantener un buen sabor y textura, al tiempo que se reduce la grasa, el azúcar y las calorías, mejorando así el perfil nutricional. Mientras que la oligofructosa funciona especialmente bien cuando se trata de sustituir parcialmente el azúcar en las fórmulas, la inulina es una solución viable para sustituir la grasa y mejorar la textura, por ejemplo, en productos lácteos como el yogur, aportando una sensación cremosa.
Más información:
