La nueva NOM-051

El objetivo de la NOM-051 es regular la información comercial y sanitaria que deben contener las etiquetas de los alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados destinados al consumidor en México.

Desde que fue publicada por primera vez en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en 1996, esta norma ha tenido varias ediciones y diferentes modificaciones. En la versión vigente, se maneja el etiquetado frontal utilizando íconos (pilas) que informan el aporte de nutrimentos por envase y el porcentaje de la ingesta basadas en la Guía Diaria de Alimentación (GDA).

Algunas de las modificaciones más relevantes son:

  • Al frente se reportarán los octágonos precautorios de los nutrimentos críticos de la declaración nutrimental complementaria, en términos de exceso de calorías, así como azúcares/grasas saturadas/grasas trans y sodio agregados en función de los límites que marca la norma (esto sustituye a los GDA’s actuales).
  • Si el contenido de alguno de los nutrimentos críticos es intrínseco al alimento, no sería necesario que se declare un octágono; por ejemplo, un néctar que puede tener exceso de calorías por la cantidad de azúcar natural en la fruta no necesariamente presentará octágono por exceso de azúcares añadidos.
  • La presencia de edulcorantes y cafeína deben reportarse como leyendas precautorias al frente. Se debe destacar que la leyenda no indica la cantidad de estos ingredientes en el alimento.
  • La declaración nutrimental en la superficie posterior del envase estará más completa y se reportará con base en 100 g, además de indicar las calorías por envase (si éste es mayor a los 100g).
  • El consumidor deberá considerar la cantidad de alimento que consume por ingesta, ya que difícilmente coincidirán con 100 g de producto. Por ejemplo, de una bebida normalmente se consume por lo menos un vaso (240 ml); y otro tipo de productos como aderezos y condimentos la porción sería solamente de 10-15 g y no de los 100 g que se reportarán en la etiqueta.
  • Se verificará el cumplimiento de normas oficiales mexicanas (NOMs) que existan para un producto específico, con el fin de que se cumpla con las características marcadas en términos de composición y características finales, considerando que, si existe la norma y el producto no la satisface, deberá agregarse la palabra IMITACIÓN en el frente, y si la cumple, se colocará una contraseña oficial al frente que indicará los 3 dígitos de la norma.
  • En cualquier producto que tenga sellos al frente y/o leyendas precautorias, queda prohibido usar imágenes que inciten a la compra por parte de niños (personajes animados, famosos, promociones, etc.), y se vigilará más estrictamente que los diseños no causen confusión, mostrando elementos que el producto no contiene.
  • Los azúcares añadidos deben desglosarse en la lista de ingredientes, indicando el tipo de azúcar dentro de paréntesis para claridad de la información; aun cuando no necesariamente signifiquen inclusión de octágono.
  • Se deben indicar claramente ingredientes o aditivos que causen hipersensibilidad o intolerancia, ya no sólo alergia.
  • También se deben considerar ajustes en términos de diseño y ubicación de elementos en la etiqueta.

Para todo lo anterior se han creado 3 fases de aplicación. La primera entrará en vigor el próximo 01 de octubre, tendrá vigencia hasta septiembre de 2023 e implica que la producción y venta deben cumplir de forma obligatoria sólo con la declaración nutrimental complementaria (mediante sellos al frente y leyendas precautorias). Al considerar que el cumplimiento al 100% sería imposible, la autoridad permitirá colocar adhesivos con la información requerida, pero solamente hasta marzo de 2021. Esto tendrá implicaciones millonarias para la industria de alimentos.

A partir de abril de 2021, ya no se permitirá el uso de adhesivos, ni siquiera en producto de importación. Además, se deberá cumplir por completo con los cambios en cuanto a listado de ingredientes, declaración nutrimental posterior, y diseño – imágenes.

En octubre de 2023 entraría la fase 2 y en octubre de 2025 la fase 3. Sus diferencias consisten en la forma de evaluar los nutrimentos críticos para el reporte de información nutrimental complementaria (frente), y en cada fase estos criterios se volverán más estrictos para dar oportunidad a las empresas que decidan reformular productos, para realizar los cambios necesarios de manera gradual, reduciendo el impacto económico a las empresas y dando oportunidad a los consumidores a acostumbrarse a los nuevos perfiles sensoriales. En muchos casos, las empresas directamente usarán los límites finales de la fase 3 para evitar ajustes posteriores en diseño.

Si bien es cierto que México tiene un problema de salud pública derivado de enfermedades crónicas como la diabetes, obesidad e hipertensión, es importante que se gestionen programas de salud integrales para la población en general. Normar la industria sin tener programas de educación en nutrición ni salud pública, no va a ayudar a resolver un problema de este tamaño. También se debería considerar que muchos de los consumidores no realizan toda su alimentación en casa y comen en la calle. Por lo tanto, también sería importante que en los temas de nutrición se incluyeran sectores que, al día de hoy, no están dentro del alcance de la legislación como los alimentos que se venden a granel, restaurantes o la comida de la calle.

Como industria, tenemos la responsabilidad y el compromiso con nuestros consumidores de ofrecer productos que satisfagan con creces las necesidades del mercado, manteniendo altos estándares de calidad e inocuidad. También, deberemos continuar trabajando en desarrollar productos innovadores para aquellas necesidades que aún no tenemos consideradas, tal como esta pandemia nos vino a recordar.

Igualmente, deberemos cambiar el enfoque de nuestras campañas para destacar los beneficios nutrimentales de consumir productos bien hechos, fundamentados en bases científicas sólidas.

Pero la responsabilidad no debiera residir exclusivamente en la industria. Como consumidores, debemos ser cada vez más críticos, estar mejor informados y preocuparnos por mejorar nuestra salud a nivel integral. Satanizar alimentos no es la solución a nuestros problemas. No hay nada que sea siempre bueno ni malo; y todo en exceso, también es malo, hasta el agua. Así que debemos acercarnos con profesionales que nos orienten en lo que es bueno para cada uno de nosotros, ya que todos tenemos necesidades nutrimentales diferentes.

Es de fundamental importancia que entendamos, como consumidores, que los octágonos no representan el valor real de lo que vamos a consumir. Y para los que tenemos algún requerimiento particular, la información deberá buscarse en la tabla nutrimental y no solamente basándonos en los octágonos frontales.

Finalmente, también hay responsabilidades para las autoridades. Es necesario, como comenté en párrafos anteriores, que se generen programas de educación en salud y temas de nutrición para la población en general y, específicamente, para aquellas personas que se incluyen en los grupos vulnerables. Debemos hacer labor en las escuelas, y también en los hogares y centros de trabajo para que, poco a poco, todos hagamos conciencia y tomemos las riendas sobre el futuro de la salud en México.

Por: Q.A. Laura González