Comunicado. Durante los últimos años, los retos para la industria alimentaria en México han aumentado; desde integrar nuevos etiquetados, hasta mantener la entrega productos de alta calidad al consumidor final. A esto se suman los desafíos permanentes del entorno como contaminaciones maliciosas o accidentales que puedan desencadenar en una crisis.
Un estudio del Instituto de Marketing de Alimentos y la Asociación de Fabricantes de Comestibles reveló que el costo medio estimado por retirar alimentos es cercano a los 10 millones de dólares, sin contemplar demandas, pérdidas de ventas y daños a la reputación.1
Los tipos de riesgos pueden abarcar desde el propio proceso de fabricación, mezcla, envasado o almacenamiento hasta descuidos o alteraciones. Alejandra Olvera, directora de Líneas Financieras en HDI Global México, explicó que estas situaciones parecen aisladas, pero en la realidad empresarial son muy comunes.
Y agregó: “Una lata mal etiquetada. Un lote de galletas con un contaminante. Un cosmético con un componente prohibido. Cuando ocurre, el golpe no solo es financiero: puede dañar la reputación de una marca e incluso poner en riesgo la operación completa de una empresa”.
Para reducir los riesgos al máximo, es necesario entregar etiquetados acertados, cuidar el uso de contaminantes físicos, químicos o biológicos, así como diseños que cuiden la integridad del alimento.
Por otro lado, es recomendable que las empresas estén preparadas con acciones como las que HDI Global plantea a continuación:
- Buscar asesoría. Para enfrentar una crisis de este calibre, es mejor contar con expertos que indiquen el procedimiento de manera rápida, transparente y profesional. Los consultores determinarán las notificaciones adecuadas, costos, control de nuevos riesgos, así como una escalada a temas sanitarios o daños de reputación, legal y operativo.
“Mediante una póliza especializada, el impacto del gasto deja de ser absorbido solo por la empresa. Esta protección debe cubrir los elementos estratégicos que realmente impactan en el negocio. También debe dejar fuera las líneas grises ya que se trata más allá de la cobertura, sino de acompañar al cliente de manera integral.” agregó Olvera.
- Diálogo con las autoridades. La notificación puntual a la autoridad competente es clave para evitar multas adicionales, suspensión de operaciones, clausura de instalaciones, e incluso demandas colectivas. En ocasiones el aviso puede ser voluntario o bien un la notificación de la autoridad a la empresa. Entre las autoridades competentes para el manejo de la crisis están la Cofepris, Profeco, SENASICA o la Secretaría de Economía.
- Considerar el impacto financiero. A los costos mencionados se incluye un nuevo almacenamiento, transporte, reemplazo, rehabilitación del producto, pérdida de utilidades y retiro gubernamental. La contención de la crisis es indispensable para evitar perder el control en este rubro y evitar un efecto domino en la caída de ventas de otros productos, así como el manejo de demandas y una revisión total de procesos.
“Un retiro de producto parece una posibilidad remota; sin embargo, es un riesgo real que puede costar un negocio completo. Los asesores marcan una diferencia al ofrecer una cobertura que protege el producto, la imagen, la operación y la continuidad”, concluyó.
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