Crean cerveza sin alcohol que causa efectos de embriaguez

Agencias. Un laboratorio británico ha desarrollado por primera vez una cerveza sin alcohol capaz de producir los tempranos efectos de la embriaguez, apta para la desinhibición social y sin dejar resaca.

“Proporciona los mismos efectos que la gente busca en una bebida, relajación, sociabilidad, pero con un impacto mucho menor que el alcohol“, afirmó el neurocientífico David Nutt del laboratorio GABA Labs de la localidad de Hemel Hempstead, en Londres, donde se fabrica la bebida.

Nutt, científico jefe de GABA Labs, investigó durante años el comportamiento del alcohol en el cerebro y sus sustancias químicas, denominadas neurotransmisores, y descubrió que la mayoría de los efectos que las personas quieren obtener provienen de uno en concreto: el ácido gamma-aminobutírico o ‘GABA’.

De ahí que a su cerveza sin alcohol, comercializada bajo la marca SENTIA Spirits, la bautizase como ‘GABYR’. La investigación de Nutt documentó que “cuanto más alcohol bebes, más interactúas con otros neurotransmisores“, como la dopamina, la endorfina, o el glutano, que “producen efectos negativos como la ira, la agresión, la adicción, la abstinencia y la resaca”.

A raíz de estos resultados, el laboratorio de Nutt ha desarrollado en la última década bebidas con el objetivo de “actuar únicamente sobre el receptor GABA y evitar todos los demás efectos del alcohol”, que van desde la cerveza hasta el whisky.

Los brebajes están diseñados para imitar el tiempo de consumo del alcohol y “en unos cinco o diez minutos la bebida llega a tu cerebro, que es lo que la gente quiere”, afirma Nutt. Después los efectos se limitan y “se estabilizan y no importa cuánto bebas”, explica el neurocientífico.

Las secuelas no duran mucho, después de unos 20 minutos o media hora de terminar el trago uno se recupera de esa sensación de más relajación y soltura, sin dejar resaca alguna o aturdimiento, perfecta “para la primera bebida cuando vas a una fiesta”, afirma.

El experto refuta el término placebo. “Vemos a la gente más sonriente, más dicharachera, hablan más alto, parecido al alcohol en ese sentido”, y se refleja en las ondas cerebrales pues “aumenta la energía cerebral”, comentó.

 


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