Problemática arancelaria de Estados Unidos amenaza la seguridad alimentaria: especialista

Comunicado. La seguridad alimentaria en América del Norte enfrenta una amenaza creciente ante las tensiones comerciales entre Estados Unidos y México, así lo advirtió un artículo publicado en la revista científica Nature Food, en el que el investigador mexicano Daniel Alberto Jacobo-Velázquez, del Tecnológico de Monterrey, analiza los efectos actuales y potenciales de las políticas arancelarias en la cadena agroalimentaria regional.

El artículo, titulado “Tariffs and food security in the US–Mexico agricultural corridor”, señala que las medidas comerciales unilaterales —como el arancel del 25% a importaciones mexicanas propuesto por la administración Trump y la expiración del acuerdo bilateral del jitomate— ya están generando disrupciones en los mercados, afectando precios, contratos y cadenas logísticas.

“El sistema alimentario entre México y Estados Unidos está altamente integrado, y su fragilidad ante decisiones políticas pone en riesgo no solo la disponibilidad de alimentos frescos, sino también la equidad económica y la sostenibilidad ambiental en ambos países”, advierte el autor.

México abastece cerca del 90% de las importaciones de aguacate de Estados Unidos, así como una gran proporción de jitomates, bayas y chiles. Los aranceles o incluso su amenaza ya han generado volatilidad en precios, dificultades logísticas, reducción de acceso a alimentos frescos en Estados Unidos, especialmente para consumidores de bajos ingresos y desincentivo a cultivos exportables, afectando a pequeños productores mexicanos

En respuesta, algunos agricultores están migrando hacia cultivos menos sostenibles o intensificando prácticas agrícolas para compensar pérdidas, lo que podría agravar la presión sobre los ecosistemas, incluyendo la deforestación y el uso excesivo del agua.

El artículo propone medidas urgentes para evitar una crisis estructural:

- Diversificación de mercados de exportación hacia socios como Canadá o la Unión Europea.

- Inversión en infraestructura transfronteriza, como centros de almacenamiento en frío y procesos aduanales más eficientes.

- Políticas públicas con visión de largo plazo, que incluyan subsidios inteligentes, seguros agrícolas y financiamiento accesible para pequeños productores.

- Promoción de prácticas agrícolas sostenibles, menos vulnerables a choques comerciales.

- Investigación científica y sistemas de alerta temprana para anticipar disrupciones y guiar la formulación de políticas.

Además del impacto bilateral, el artículo destaca que México desempeña un rol estabilizador en los mercados agroalimentarios globales, especialmente para países importadores del Sur Global. Una contracción de las exportaciones mexicanas podría tener repercusiones en precios, escasez y especulación a nivel mundial.

“Más allá de la coyuntura política, este es un momento clave para repensar la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios regionales y globales”, concluye Jacobo-Velázquez.

 

 

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