Agencias. Estados Unidos señaló que los argumentos legales de México para prohibir el uso de maíz transgénico no están basados en normas internacionales relevantes ni están sustentados en la ciencia o en las leyes del T-MEC.
En un documento de más de 100 páginas, la parte estadunidense solicita respetuosamente que el panel concluya que las barreras del gobierno mexicano contra el maíz genéticamente modificado son incompatibles con los compromisos de México ante el T-MEC.
En su argumentación, Estados Unidos expone que durante décadas la comunidad científica internacional ha considerado que los cultivos genéticamente modificados son seguros para el consumo humano y para la vida y la salud de animales y plantas. De hecho, asegura que México formaba parte de esta comunidad hasta que de manera intempestiva decidió prohibirlos sin base científica.
A mediados de febrero de 2023, México publicó modificaciones a un primer decreto de finales de 2020, en el que suavizó su postura en torno al maíz genéticamente modificado y permitió su uso como forraje y para la elaboración de alimentos para personas, pero mantiene su prohibición para productos de consumo humano como las tortillas.
Cabe mencionar que México compra anualmente alrededor de 5,000 mdd de maíz a Estados Unidos, la mayor parte grano amarillo transgénico para ganado.
A inicios de marzo pasado México presentó una defensa ante el panel del tratado y afirmó que Estados Unidos no presentó ningún estudio científico que demuestre que es seguro comer grandes cantidades de maíz transgénico expuesto al glifosato durante la vida de una persona; asimismo, presentó una serie de estudios científicos que consignan los daños de dicho consumo.
Dos meses después llegó la respuesta estadunidense, según la cual México “emplea un enfoque que a menudo es vago e impreciso en la identificación de riesgos; intenta reunir a posteriori precursores necesarios como una evaluación de riesgos; selecciona artículos para distraer la atención de la opinión científica predominante según las normas internacionales, y recurre a largos rodeos que no tienen relevancia para las reclamaciones legales de Estados Unidos”.
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