Comunicado. Desde 2023, un consorcio formado por instituciones de investigación y empresas privadas trabaja con un enfoque radicalmente nuevo para la producción de alimentos que permite sustituir el azúcar en los procesos de fermentación por acetato derivado del CO₂.
El objetivo es mitigar la inseguridad alimentaria y el cambio climático, además de eliminar el uso de la tierra para la producción de alimentos. El principio subyacente se basa en procesos naturales que pueden escalarse para lograr una producción económicamente viable de alimentos nutritivos sin utilizar tierras agrícolas.
El consorcio ha sido renovado por otros dos años con una financiación de hasta 162.2 millones de coronas danesas (21.7 mde) dividida equitativamente entre la Fundación Gates y la Fundación Novo Nordisk.
“Necesitamos soluciones tangibles que permitan alimentar a más personas sin agotar nuestros recursos naturales y que permitan la producción de alimentos en zonas con muy poca o ninguna tierra agrícola. Cuando el consorcio comenzó su trabajo hace dos años, producir alimentos derivados del CO₂ parecía algo sacado de una película de ciencia ficción. En los próximos dos años, podemos esperar ver prototipos reales de productos alimenticios que serán probados por los consumidores. La colaboración en el consorcio es un buen ejemplo de lo que podemos lograr con las biosoluciones cuando investigadores y empresas unen sus fuerzas y trabajan hacia un objetivo común claro”, afirmó Claus Felby, vicepresidente de Agroalimentación de la Fundación Novo Nordisk.
En la segunda fase del trabajo, el consorcio se centrará en optimizar y escalar las tecnologías y los métodos, así como en desarrollar y probar prototipos de alimentos.
Este nuevo alcance introduce un consorcio más amplio con nuevos socios que aportan experiencia en ciencia de los alimentos, comportamiento del consumidor, gastronomía y modelado socioeconómico. Esta experiencia complementará el desarrollo y la ampliación continua de la plataforma tecnológica desarrollada en la primera fase del consorcio. Durante la siguiente fase, también se modelará el impacto técnico, económico y ambiental de la solución tecnológica desarrollada por el consorcio.
Dinamarca cuenta con una sólida tradición de colaboración entre investigadores e industria en el ámbito de la producción de alimentos y las biosoluciones. Esto proporciona una base sólida para convertir las nuevas tecnologías en productos tangibles.
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