El Universal, La Jornada. La inversión en México disminuyó en 2020 por segundo año consecutivo y reportó la caída más profunda de los últimos 25 años.

En 2020, la economía mexicana sufrió los daños de la paralización de la producción y el comercio exterior a causa de las restricciones por la emergencia sanitaria. El consumo se detuvo y las empresas frenaron sus planes de inversión y crecimiento.

El Inegi dio a conocer que la inversión fija bruta en el país se hundió 18.2% el año pasado, después de caer 4.6% en 2019, y fue el peor resultado desde 1995, cuando retrocedió 35.8% ante el llamado ‘Efecto Tequila’.

La mayor pérdida se dio en la importación de equipo de transporte, cuyo capital se desplomó 35.3% ante el cierre de fronteras y la suspensión de actividades no esenciales para tratar de contener la pandemia del Covid-19, al mismo tiempo, la compra de unidades fabricadas en México disminuyó 28.6%.

A pesar de la expectativa de un repunte del crecimiento económico en 2021, analistas de Banorte consideran que la inversión continuó siendo débil durante los primeros meses del año, debido a que la dinámica del Covid-19 empeoró hasta mediados de febrero, de acuerdo con el semáforo epidemiológico.

Por su parte, Valentín Díez Morodo, presidente del Consejo de Administración de Citibanamex, filial del estadunidense Citi, y quien fue vicepresidente de Grupo Modelo, indicó que los cambios a la estrategia de desarrollo económico nacional puestos en práctica por el gobierno federal “parecen no tener un rumbo definido”, hecho que es “el centro del problema de la actualidad”.

Y precisó que México se ve aquejado por una pandemia que ha trastornado la vida de todos los habitantes de la comunidad internacional, pero México es un caso ‘muy especial’, y agregó que “las circunstancias han coincidido con un cambio de régimen, de gobierno, cuyas decisiones están creando una enorme incertidumbre en el desarrollo de la economía nacional”.

Comunicado. Además de celebrar el Día Internacional de la Mujer; Kellogg va más allá al asegurarse de contar con un entorno diverso, porque saben que esto requiere trabajo constante y no solo esfuerzos de una fecha.

Con base en datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México sigue teniendo una de las mayores brechas de empleo por género con consecuencias negativas para el crecimiento económico; sin embargo, como país estamos dando grandes pasos en la dirección correcta y, parte de esto, es gracias a las acciones que diversas empresas generan día con día para empoderar a mujeres y hombres por igual.

Luz Consuelo Garza, líder de WOK en Kellogg México y Latinoamérica, afirma: “En Kellogg vamos mucho más allá de que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades, porque sabemos que no es un tema de género, creencias o preferencias; sino de qué manera podemos todos contribuir para aprender, crecer y compartir lo que sabemos, para que todos sigamos empoderándonos en un ambiente sano”.

“En 2017 nos dimos cuenta de que hacía falta construir una red de mujeres para crear sinergia hacia el exterior con otras compañías; es así como, desde hace cuatro años, creamos Networking TogetHER y conectamos con organizaciones para compartir mejores prácticas relevantes que promuevan la inclusión y el desarrollo de las mujeres en nuestras empresas”, comentó Garza.

El objetivo principal de Networking TogetHER es empoderar e impulsar a las mujeres para que se desarrollen dentro de sus organizaciones hasta ocupar puestos ejecutivos conservando su esencia única.

Comunicado. Juan Manuel Gutiérrez, presidente del Consejo Directivo de la Unión Nacional de Avicultores, informó que México es el principal consumidor de huevo en el mundo, con 23.6 kg por personal al año, siendo el cuarto país productor a nivel internacional; además, es el sexto país productor de pollo en el mundo, con un consumo de 34 kg por habitante, actualmente.

Asimismo, informó que México produce anualmente más de 6.4 millones de toneladas de alimento como pollo, huevo y pavo; durante 2020, el volumen de producción de huevo fue de tres millones de toneladas y de pollo de 3.5 millones de toneladas.

Respecto al impacto del Covid-19 en la industria, Gutiérrez mencionó que los precios de los granos y pastas subieron más del 40-50%, sin dejar de lado la fuerte dependencia que México tiene con Estados Unidos, así como el decreto de la prohibición del uso del maíz genéticamente modificado.

“Importamos 17 millones de toneladas de maíz estadounidense y de dicha cifra alrededor del 50% lo consumo la industria avícola nacional”.

Y agregó que resultado del confinamiento, la demanda por el huevo aumentó; sin embargo, por el cierre del food Service, el consumo de pollo cayó 30%, lo que afectó la demanda, hubo una baja de precios, se tuvieron altos inventarios y, en general, se presentaron grandes riesgos a la industria por falta de capitalización.