Agencias. España es uno de los principales países consumidores de aperitivos en Europa, con un gasto que alcanza los 57.5 euros per cápita al año, sólo por detrás de Reino Unido (72 euros) y Holanda (68 euros). Tanto es así que el 80% de españoles consume snacks de forma habitual, ya sea de manera semanal (56%) o diaria (24%).
Así lo señala el informe “Un país de picoteo”, elaborado por la marca de Sigma recientemente lanzada en España, Snack’In For You, a partir de más de un millar de entrevistas, con el objetivo de conocer los hábitos de los españoles. En resumen, el consumidor de snacks en España es un adulto de edad media, amante de los salados, que toma snacks principalmente por la tarde y en el hogar, para matar el gusanillo o darse un capricho.
En concreto, el informe revela que los españoles tienen una marcada preferencia por los snacks salados sobre los dulces. Las papas fritas o palomitas son los aperitivos favoritos del 14% de la población. Les siguen los frutos secos, los preferidos por un 9.2% de los españoles, la fruta (8,9%) y los embutidos (8%).
No obstante, existen diferencias por regiones. Por ejemplo, el gusto por los snacks salados se eleva cinco puntos por encima de la media (19%) al profundizar en las preferencias de los madrileños, mientras que en Barcelona prefieren más los frutos secos (12%) y, en la zona noreste de España, apuestan por los embutidos (11%).
Respecto al momento del día elegido para el “picoteo”, uno de cada dos españoles prefiere hacerlo por la tarde, mientras ve la televisión (33%), se toma un descanso (19%) o estudia (13%). Y es que, aunque el picoteo suele asociarse a un consumo fuera de casa, lo cierto es que el 80% prefiere tomarse un tentempié en su hogar.
Aunque la primera motivación para tomar un snack es que sea saciante (17%), también destacan aspectos como que el snack sea sabroso (15%) y saludable (12%). De hecho, saciar el hambre suele ser la principal motivación para tomar un snack que permita aguantar hasta la comida o la cena, mucho más tardía que en otros países europeos, aunque un tentempié también funciona como manera de “recompensarnos”, y un medio para la “desconexión” o “socialización”.
Entre los retos del sector, además, se encuentra el desarrollo de snacks que ofrezcan a los consumidores la confianza y transparencia de saber qué están comiendo exactamente. “En este sentido, el futuro del sector pasa por responder a estas nuevas demandas de transparencia en el etiquetado.
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