Comunicado. La compañía ahora se enfoca en nuevos objetivos para 2030 y dio a conocer que ha superado sus objetivos ambientales para 2020, definidos en base al nivel de 2008.
En los últimos 12 años, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), generadas por el uso de energía en las plantas, se han reducido en un 25% (el objetivo era del 19%) y los residuos de vertederos se han reducido en un 37% (el objetivo era del 30%). Estos beneficios ambientales son equivalentes al carbono capturado por casi un millón de acres de bosques en Estados Unidos y 1,700 camiones de basura menos llevados a vertederos.
El objetivo de reducir las emisiones de GEI se logró en gran medida invirtiendo en la transición a fuentes de energía más limpias, como reemplazar la caldera de carbón por un sistema combinado de calor y energía alimentado por gas natural en el molino húmedo de la empresa en la ciudad de Loudon, Tennessee. El objetivo de residuos se logró mediante la eliminación de las principales corrientes de residuos, principalmente mediante la recuperación de sólidos orgánicos valiosos y nutritivos que no se utilizan en las operaciones de Tate & Lyle.
“Estamos orgullosos del progreso que hemos logrado con nuestros compromisos ambientales durante la última década, y ahora estamos absolutamente enfocados en cumplir con nuestros nuevos objetivos para 2030. Todas las personas de nuestro equipo global, desde la producción hasta la adquisición, desde la cadena de suministro a las ventas, está desempeñando su papel en el cuidado de nuestro planeta y ayudando a abordar el mayor desafío compartido del mundo en relación con el cambio climático”, comentó Nick Hampton, CEO de Tate & Lyle.
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