Comunicado. Hoy en día, la evidencia científica indica que una alimentación balanceada requiere de la ingesta adecuada de macro y micronutrientes, en esta última categoría se encuentran las vitaminas y los minerales, fundamentales para un estado óptimo de salud en las personas.
“A pesar de que pareciera un tema sencillo y de dominio público, la realidad es que, de acuerdo con cifras de la OPS, actualizadas al 2019, 38.7 millones de personas en América Latina se encuentran en estado de subalimentación o mala alimentación”, indicó la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (Alanur), organismo que agrupa a las cámaras y empresas líderes de suplementos e ingredientes alimenticios en la región.
Es importante señalar que, debido a diversos factores, como un estilo de vida acelerado y malos hábitos alimenticios, se ha demostrado que la población latinoamericana posee deficiencias en distintos micronutrientes tales como: ácido fólico, vitamina D, hierro y zinc.
Esta carencia de micronutrientes es conocida como “hambre oculta”, y se trata de uno de los desafíos nutricionales que enfrenta la población de América Latina, el cual deriva en ciertas consecuencias graves para la salud, como un impacto negativo en el desarrollo físico y cognitivo.
“Entre los desafíos más grandes que tenemos en Latinoamérica se encuentra la anemia por deficiencia de hierro, la cual genera consecuencias negativas en el desarrollo cognitivo infantil, y es un factor de riesgo alto que puede provocar además de un bajo peso al nacer una mayor tasa de mortalidad materna e infantil. Además, la deficiencia de hierro está asociada a efectos adversos que perjudican la capacidad laboral en los adultos, convirtiéndose en un gran problema de salud pública” señaló Gustavo Velderrein, coordinador de Asuntos Científicos y Regulatorios de ALANUR.
Según un estudio realizado en 2019, el porcentaje de niños anémicos en edad preescolar de entre tres y cinco años, fue de 32,93%. Ante esto, una manera de obtener los micronutrientes necesarios para una calidad de vida óptima es a través de la ingesta adecuada de estos elementos esenciales, la cual está asociada a tres principales factores como lo son: el consumo de fuentes ricas en micronutrientes, la biodisponibilidad del micronutriente en los alimentos que consumimos cotidianamente, los factores externos al alimento que provocan la inhibición de la absorción del micronutriente y la adopción de dietas no supervisadas por profesionales de la salud podría presentar una deficiencia en la ingesta de macro y micronutrientes.
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