University of Basel. Las prácticas fraudulentas en la producción de alimentos, especialmente las afirmaciones falsas de origen geográfico, causan miles de millones de dólares en daños económicos cada año.
Por lo anterior, los botánicos de la Universidad de Basilea han desarrollado un modelo que se puede utilizar para determinar el origen de los alimentos de una manera eficiente y de bajo costo.
Las fresas de Suiza o el aceite de oliva de Italia se pueden vender a precios mucho más altos que los mismos productos de otros países. Tanto las autoridades como la industria alimentaria dedican mucho tiempo a luchar contra las declaraciones falsas de origen geográfico que se supone que causan un daño económico estimado entre 30 y 40 mil mdd al año.
Un método para detectar el fraude alimentario es determinar el valor de δ 18 O (delta-O-18) de una muestra de producto, que caracteriza la proporción de isótopos de oxígeno. Hasta ahora, este procedimiento ha consumido mucho tiempo y ha sido costoso. Un caso de sospecha de fraude implicó no solo la recopilación de datos de referencia del país de origen reclamado, sino también datos comparativos de otras regiones para validar o refutar el origen del producto.
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